REALIDADES
ALEGORÍAS MODERNAS DEL MITO
Rufino Tamayo, Dualidad, 1964
Reinterpretar


el pasado


mítico
Creado para el Museo Nacional de Antropología, el mural retoma de la cosmogonía náhuatl los opuestos y complementarios para dar vida a esta reinterpretación personalizada de Tamayo de la mitología prehispánica basada en las investigaciones antropológicas e históricas de la época. El día es simbolizado por Quetzalcóatl en tonalidades cálidas, la noche se hace presente con Tezcatlipoca en forma de jaguar, con tonalidades frías, con la luna descendiendo y la Osa Mayor de escenario, además las manchas en la piel del jaguar representan la constelación.
Dualidades. lo masculino y lo femenino se identifican con el sol y la luna, con el día y la noche, con la vida y la muerte, con lo terrestre y lo acuático.
Miguel Tzab, Los mercados/Historia de los mayas, 1934
Manipulación


de las formas

,José Clemente Orozco, Prometeo, 1930
Manuel Rodríguez Lozano, Las tres parcas, 1936
Control y


modelo
José Chávez Morado, El retorno de Quetzalcóatl, 1952
Diego Rivera, La Tierra fecunda, 1926
María Izquierdo, El Idilio, 1946.
Deseos

personificados
Leonora Carrignton, La giganta, 1947.
Manuel Rodríguez Lozana, El holocausto, 1944
,En el interior del mercado Abelardo L. Rodríguez Tzab de origen yucateco, se aproximó a la mitología maya a través de la conquista. Mayormente, las reinterpretaciones artísticas de este suceso eran a partir de la cultura mexica. Desde esta perspectiva, Tzab añade un lenguaje simbólico particular de esta mitología como la serpiente blanca que es similar a la Quetzalcóatl, y que de su boca salen espíritus en forma de humo.
Prometeo fue el primer gran mural que pintó Orozco en Estados Unidos, en el College en Claremont, California. Como tema, eligió el mito griego de Prometeo, quien les robó el fuego a los dioses para entregárselo a la humanidad y recibió como condena un castigo eterno. En forma de analogía moderna del mito, el fuego representa la iluminación y el conocimiento, por ello era el tema era adecuado para una institución educativa.
Se ha interpretado que el artista se representa a si mismo en Prometeo, pues el simbolismo del fuego es de gran importancia en su historia personal ya que perdió la mano izquierda a los 21 años. En el mural, se representa la acción del titán que trata de alcanzar el fuego para poder llevarlo a la tierra. La mano derecha de Prometeo se funde en las llamas y evoca la propia pérdida de Orozco.

Lozano retrató a estos tres personajes de la mitología griega. Éstas en su conjunto representan las deidades del destino, a los pies de las tres figuras hay una madeja de estambre rojo que representa la vida de un mortal. Las presenta de una manera que nunca antes se había hecho, como tres figuras de anatomía muy pesada, para representar ( que son de decisiones inamovibles, ni siquiera los otros dioses pueden cambiar el destino de un mortal. Los pies y las piernas de estas tres figuras son desproporcionadamente más grandes que el torso y la cabeza, esto no es casual, se debe a que el artista pone al espectador a la altura del ovillo, creando un efecto de que ellas son enormes a lado de nosotros.
Hecho con mosaicos de vidrio y diseñado en un espejo de agua para resaltar el mural que se ubica en Ciudad Universitaria, Chávez Morado hace una reinterpretación de Quetzalcóatl convertido en una barca que transporta a 7 personajes que representan a las civilizaciones antiguas más importantes, entre ellos el protagonista, dirige el rumbo de la barca y lleva una máscara de Ehécatl, dios del viento, otra advocación de Quetzalcóatl.; aquello hace alusión a la ideología Vasconcelista sobre la raza cósmica.
El renacimiento del mito de Quetzalcóatl en el arte del siglo XX revela los afanes de legitimidad del grupo gobernante. La clase ilustrada se apropia del mito prehispánico porque lo asocia al poder y a su papel como ‘reconstructora’ de la nación. Además, encarna los tributos del héroe: liderazgo, visión profética e impulso civilizador
Los murales de la antigua capilla de la Universidad de Chapingo, conocida como “capilla riveriana” evidencia la influencia de Miguel Ángel y su capilla Sixtina en el artista. El tema de la tierra es el principio, y aparece en toda su multiplicidad: la tierra es naturaleza, materialidad, mujer, madre, sexo, fertilidad, comida, ciclo, vida y revolución. Esto permite que la serie de murales se conciba como un todo integrado cuya finalidad se resume en el mural de fondo, La tierra fecunda; una mujer embarazada es el enfoque, apunta a la fertilidad de la tierra y al sentido andrógino del vientre, ahí se encuentran los dos sexos.
Aunque no se base en un mito especifico, reúne elementos de la naturaleza, elementos históricos y humanos que concluyen en una versión e interpretación propia de la creación. Por medio de analogías y símbolos, el hombre nace de la tierra, las venas de la tierra (sus raíces) dan vida al ser humano. Aunque también tiene un fondo esotérico, para los rosacruces el iniciado debe renacer de la tierra. Esta versión riveriana de la creación ayuda a comprender las preocupaciones del presente como la explotación de la tierra, la fuerza de trabajo en campo y la necesidad vital de la siembra.
El idilio es un ejemplo de cómo María Izquierdo se apropia de un tema presente en todas las épocas, un tema intimo pero que importa y afecta en el ámbito social y colectivo. Hace una interpretación personal sobre el amor, totalmente alejado de lo tradicional, de un amor romántico y propone una nueva lectura y significado. Lo hace a través de una pareja que coquetea sentada en el brocal de una fuente rematada por una escultura del nacimiento de la diosa de la mitología griega, Venus, figura que simboliza la belleza del enamoramiento.
sin embargo, el paisaje es contrario a lo anterior; un camino de árboles muertos cobijado por un cielo negro que anuncia una tormenta. Sólo hasta el final de aquel largo camino es donde las nubes se abren y dejan ver el cielo azul. Este paisaje representa al amor y sus características; lo momentáneo, repentino, peligroso, atormentador.
Inspirada en la mitología celta, Leonora desarrolló un estilo surrealista, tanto plástico como literario, pues escribió La dama oval, una historia conformada por cinco cuentos, llena de símbolos y de seres mágicos, como una mitología personal. En la historia, pareciera que Leonora se proyecta en la protagonista, la joven Lucrecia, quien mide tres metros de altura y un alma triste, pues su sombra es más larga que su cuerpo y está rodeada de caballos que pastan bajo un sol negro. El cuadro La giganta, que pintó años después se relaciona con la enorme Lucrecia, presenta un diálogo entre la mujer y la naturaleza, una especie de diosa madre omnipresente, rodeada de mítica vida animal y embarcaciones celtas, protege un huevo que podría interpretarse como la metáfora del inconsciente
Esta obra forma parte de un mural y alude a la mexicanidad, aunque muy diferente a los murales tradicionales. Sin embargo están presentes tres temas de la conducta del artista: La muerte, la divinidad y el narcisismo. Por un lado, el cuadro alude a lo funerario, el espacio oscuro que arque el cuerpo central es, en el mural una ventana que puede representar un nicho mortuorio pero que emite luz, quizá porque la figura principal alude a la divinidad. Se trata de un sacrificio, la muerte y el entierro de Jesús en la mitología cristiana, pero nos enfrentamos a un autorretrato; Lozano se interpreta a sí mismo como un Cristo sacrificado por sus amigos, en especial uno de sus discípulas, y que es traicionado por ellos como Judas a Cristo. Más que una victima el artista se representa como una deidad incomprendida, vertiendo todos sus sentimientos.
El Holocausto no habla de la masacre judía, sino de la expiación personal del autor y de los sacrificios y miserias habituales del pueblo mexicano. Enuncia al dolor y a la tragedia mediante la iconografía cristiana y los trazos expresionistas, resaltando el triunfo estilístico de Lozano
Los mitos han permitido al hombre explicar una realidad que se le presenta de manera irracional; se constituye en justificación de toda acción humana, así como en modelo de su propia condición al encerrar significados profundos. Los mitos son retomados cuando hay una necesidad de reconstruir el espíritu primitivo del pueblo y, sobre todo, de poner control en medio de situaciones caóticas que, para el hombre, son difíciles de ordenar.
México, tras terminar la revolución, se encontraba en un desorden político, económico y social. Culturalmente, el Estado tuvo como principio delinear una identidad nacional unificada; símbolos nacionales y conceptos como indigenismo y mestizaje sirvieron como base. Por ello, el pasado mítico prehispánico fue el medio ideal para ubicar valores y la historia nacional.
Artistas e intelectuales modernos demostraron que el arte era un campo fértil para narrar, enseñar y reinterpretar las mitologías, pues apoyados en un arte social el mito sería una herramienta accesible para un espectador analfabeta, pues llega a la mente más allá de la capacidad racional.
Deseos

personificados
REALIDADES
Reinterpretar


el pasado


mítico
Juan Soriano, Apolo y las musas, 1954
Soriano retrata a Apolo, el dios de la música y de las artes; a su derecha, lo acompañan alineadas las nueve musas, que según la mitología griega son aquellas que dotan de inspiración al artista. Cada musa representanta una disciplina.
Aunque se basa en un tema clásico el artista se aleja de las formas de representación tradicional y muestra diez cuerpos desnudos que solo se reconocen como seres divinos por las coronas de laurel y los rostros serenos. No por el rojo cadmio como el color base y el resalto de las siluetas con líneas delgadas.
Manipulación


de las formas

Control y


modelo


Una de las prioridades del Estado fue exaltar y señalar temas, símbolos e iconos nacionales para consolidar la identidad mexicana. Algunos artistas fueron contratados para llevar a cabo esta idea y plasmarla en lienzos, de este modo los artistas vieron en la mitología prehispánica el lugar adecuado para encontrar esos símbolos de orgullo nacional. Sin embargo, acercarse al pasado mítico implicaba adentrarse a las investigaciones, trabajos y excavaciones que apenas florecían en el país sobre lo prehispánico y, finalmente, a través del pincel trazar su propia interpretación sobre esos orígenes misteriosos. El mito en su fase primigenia se refiere a la concepción del universo, a la creación no sólo del mundo y de las criaturas humanas sino también de la vegetación y de las plantas; justamente ello fue el centro de atención de muchos artistas, además del fin de pasado mítico, intrigante y complejo causado por la conquista española.
Ubicado también en el Museo Nacional de Antropología, el mural remite al origen divino del hombre a partir del maíz, según la mitología maya. Anguiano uso como fuente el Popol Vuh, además del apoyo de los curadores del museo y de su experiencia y aproximación con la cultura. De manera personal, reinterpreta a los personajes tomados de códices prehispánicos .
Raúl Anguiano, Creación del hombre maya, 1964

La mitología prehispánica no fue la única que contribuyó a qué la plástica desarrollará elementos y características nacionales. Representar figuras y sucesos de la mitología clásica griega fue un recurso que algunos artistas mexicanos experimentaron para adecuar estilos y técnicas propias en temas occidentales.

El mito como explicación de una creación, no precisamente del universo, se constituye en justificación de toda acción humana. Los mitos son retomados a lo largo de la historia cuando es necesario reconstruir el espíritu de un lugar, pues invasiones, traiciones, inestabilidad económica y demás, lo van desbaratando. El Estado mexicano y grupos elitistas, tras la revolución, tuvieron que recurrir a los mitos para legitimar su posición contratando artistas para que lo plasmaran en pinturas. Por otro lado, la entrada de la modernización al país puso en tela de juicio ciertos estamentos políticos, económicos y sociales establecidos ocasionando que artistas, entre otros, respondieran críticamente ante ello. Su método: el mito, pues fue la mejor manera para explicar el contradictorio presente e intentar redirigir las sendas sociales del futuro.

El mito es una objetividad de la experiencia social del hombre, ayuda a comprender y entender una realidad vivida más allá de lo colectivo, sino una realidad individual y personal. El mito fue también una herramienta para enfrentar y controlar la realidad vivida de algunos artistas. A modo de espejismo, hubo una intención de personificarse a sí mismos y de reinterpretarse en ellos.

De alguna manera, la influencia del pensamiento mítico en la comprensión de nuestra realidad sigue vigente, pues al final el mito en el arte .es un deseo colectivo e individual personificado